lunes, 30 de enero de 2012

Cuento: Un chocolate muy especial

Cuento basado en valores asociados a la diversidad,la amistad,la gratitud,para que los niños acepten a los demás viendo más allá del color de su piel o de su lengua.



- Mami, mami, hoy llegó una niña nueva a la escuela.          
- Que bien cariño, ¿Jugaste con ella?
- No mami, la mordí.
- ¿La mordiste? pero, ¿por qué lo hiciste?, la niña nueva estará muy triste.
- Mami, yo quería probarla.
- ¿Probarla?
- Si mami, la niña nueva es de chocolate y otros niños la llamaron negra.
- ¿De chocolate?, ¿Negra? ¡Oh! Cariño ya entiendo. Ven, acércate, siéntate junto a mi, quiero contarte una historia…


Mira hace muchos años, en un país muy lejano existía una pequeña aldea en la que sus habitantes vivían muy tristes, porque el Sol cada día brillaba tan fuerte que solo les quedaba la noche para poder salir fuera de sus casas. Los niños no podían ir a la escuela, los papás no podían ir al trabajo…  


- Pero mami, hoy también brillaba el Sol fuerte y fuimos a la escuela…
- Tienes razón cariño, pero fíjate, escucha…


En aquella aldea además de brillar muy fuerte el Sol, quemaba tanto, que los campos estaban sin flores, los ríos se secaban y si sus rayos tocaban en la   piel de los aldeanos les producía unas quemaduras terribles. Entonces un día una niña pequeña como tú, le dijo a su mamá:
- Mami, esta noche buscaré al Señor Sol y le pediré por favor que deje de quemar nuestros campos, de secar nuestros ríos y de dañar nuestra piel. Él no me da miedo, la noche me protegerá y yo me cubriré muy bien.


La niña subió muy despacito una gran montaña esperando sin miedo a que el Señor Sol apareciera en el horizonte.                                           
- ¡Señor Sol, Señor Sol!
- ¿ Quién me despierta tan temprano?, Aún no ha amanecido- La voz del Señor Sol era un poco ronca pero la niña no se asustó y continúo llamándole…
- ¡Señor Sol, Señor Sol por favor deje de quemar a mi pueblo!


Entonces el Señor Sol abrió sus brillantes y grandes ojos sorprendiéndose al ver a una niña pequeña envuelta en telas de muchos colores, despertándole tan temprano.                                                                                    
- ¿Qué haces aquí pequeña?¿Por qué llevas esas telas?, apenas puedo verte. ¿No tendrías que estar en la escuela?- Le preguntó El Señor Sol un poco disgustado-
Entonces la niña le explico con todo detalle el motivo de su visita.
- Si me quito estas telas, quemarás mi piel clara y me dolerá mucho- El Señor Sol se quedó muy pensativo y transcurridos unos minutos a los que la niña espero pacientemente le dijo:- Eres muy valiente, y tienes un gran corazón porque no solo has venido por ti, así que voy a hacerte un regalo. 

Buscó en un bolsillo de su gran bola radiante, sacando de él unos saquitos que entregó a la niña diciéndole: - Mira, dentro de estos saquitos hay unos pequeños escudos mágicos que protegerán tu piel y a todos los habitantes de tu aldea. Tu piel se oscurecerá y estará siempre protegida contra mis fuertes rayos. Para tus campos y tus ríos,
mandaré a mis amigas las nubes para que preparen las estaciones de las lluvias y no se olviden de tu aldea.

La pequeña agradeció al Señor Sol todos sus regalos y marchó rápido hacia la aldea. Al día siguiente, todos los habitantes de la aldea habían puesto ya en su piel los pequeños escudos mágicos que les protegerían de los fuertes rayos solares. Su piel se oscureció, ¡estaban radiantes! Y la aldea volvió a la normalidad.


-Mami, entonces, ¿mi amiguita viene de un país lejano?. – Seguramente cariño, sus abuelitos o sus antepasados vinieron de lugares donde el Señor Sol quema mucho y una fina capa de su piel se oscurece para protegerles. Por eso tu pensaste que tu amiguita era de chocolate.
-Gracias mami, mañana le daré muchos besitos a mi nueva amiga, le pediré perdón y jugaremos juntas. Sabes mami, su cara estaba radiante.





Gandhi y el dia de la paz


El día 30 de enero se conmemora la muerte del líder nacional y 
espiritual de la India, el Mahatma Gandhi, el 30 de Enero de 1948, 
asesinado a tiros por un fanático hinduista. Celebramos en este día 
el Día Escolar de la No–violencia y la Paz (DENIP).

Mohandas Karamchand Gandhi nació el 2 de 
octubre de 1869 en Porbandar, India. Estudió
derecho en Londres y después se instaló en 
Sudáfrica para trabajar como consejero jurídico de 
una empresa india. Pasó allí 21 años y luchó allí 
contra la discriminación de que eran objeto los 
indios.



En 1915 regresó a la India y organizó la resistencia no violenta 
contra el  colonialismo y la no cooperación con la administración 
inglesa. Fue encarcelado en numerosas ocasiones. En 1937 era el 
líder de un movimiento independentista capaz de movilizar o 
detener a millones de indios. Ganó una credibilidad considerable 
gracias a la  austeridad que practicaba. Defendía el amor como la 
única relación válida entre los seres humanos, y su preocupación 
por los demás y su comportamiento humano hicieron que se le 
conociera como Mahatma, nombre que le dio el poeta Rabindranath 
Tagore y que significa “gran alma”.



Los colonialistas británicos impusieron como condición para 
retirar sus tropas, la división de la India en dos estados, India y 
Pakistán, uno hindú y otro musulmán. Tras la independencia en 
1947 hubo enfrentamientos entre hindúes y musulmanes. 
Por medio de una serie de huelgas de hambre consiguió llevar 
a la paz a Calcuta y Nueva Delhi. 
En enero de 1948, cuando participaba en una oración colectiva, 
cayó muerto bajo los disparos de un fanático.












‎  DECÁLOGO PARA CRECER EN LA PAZ

1. Eres alguien muy importante. Quiérete.
2. Valora a tus amigos. Les dará seguridad.
3. Descubre todo lo que te une a los demás por encima de lo que te separa.
4. Respeta las opiniones. Así contribuirás al diálogo.
5. Aprende a escuchar, comprenderás mejor a los demás.
6. Esfuérzate por terminar bien tus tareas. Disfrutarás con el resultado.
7. Cumple con tus responsabilidades, los demás lo necesitan.
8. Trabaja en grupo. Nadie sabe más que todos juntos.
9. Comparte tus cosas con los demás. Te hará muy feliz.









PDF con actividades sobre la paz en catalan: 



Dibujos para pintar en clase o escribir deseos de los niños por la paz:















Guia de juegos y juguetes

El Instituto Tecnológico del Juguete (AIJU) es una entidad sin ánimo de lucro cuya labor principal es potenciar la investigación, la seguridad y la calidad del sector del juguete.


http://www.guiadeljuguete.com/

La castanyera







Canción de los Derechos del Niño

Azul, verde o rojo
no importa el color
ni el idioma, raza o religión.

Da igual de donde vienes,
da igual a donde vas.

Si vives en el campo
o en la gran ciudad

Nacemos libres
nacemos iguales
tenemos derechos,
universales.

Nacemos libres
nacemos iguales
los mismos derechos,
somos responsables.

Derecho a la escuela,
a la educación.

Derecho a la salud,
a la protección.

Derecho a opinar
y a participar,
unos y otros
con libertad

Nacemos libres
nacemos iguales
tenemos derechos,
universales.

Nacemos libres
nacemos iguales
los mismos derechos,
somos responsables.

Libreeeesss
Igualeeeess
Derechoooosss universales

Libreeeeess
Igualeeeeess

LIBREEEEEESSS...!!

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Os dejo aqui el link para que podais escuchar la canción: http://youtu.be/nAWw9YPCvWc












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Sistema de signos internacional




Palabras del dia a dia con signos que podemos utilizar si tenemos un niño sordo en la escuela:



Cuadro de Brueghel "Juego de Niños"

En este cuadro podemos encontrar cantidad de juegos que se jugaban antes y ahora.Si les preguntamos a los niños(o no tan niños) si alguna vez han jugado a algún juego que salga en esta pintura,seguro que dicen que si,aunque solo sea a uno,porque se van pasando de generación en generación.



Muchos de estos los podemos aplicar en juegos y actividades que hagamos con los más pequeños de nuestra aula y darles a conocer otros que no sabían que existían.

lunes, 16 de enero de 2012

Libros de Francesco Tonucci

CON OJOS DE ABUELO

En este  libro de viñetas, Francesco Tonucci, Frato, ha decidido describirnos los diversos matices y facetas de la delicada, complicada y, en ocasiones, ridícula relación que existe hoy entre los nietos y los abuelos. Se trata de un diálogo que muestra los nuevos vínculos entre padres e hijos, entre abuelos y nietos; que oscila entre los recuerdos de un mundo tan distinto que podría parecer de fábula y una actualidad tan sorprendente como la de las nuevas tecnologías; un diálogo hecho de complicidades, alianzas, incomprensiones y conflictos. Un análisis a veces mordaz, pero que no oculta su profundo amor por la extraordinaria figura del abuelo.






CUANDO LOS NIÑOS DICEN:¡BASTA!

La publicación de La ciudad de los niños, de Francesco Tonucci, modificó el modo de mirar las ciudades desde la óptica de los adultos. Cuando los niños dicen ¡basta! es la continuación y la puesta al día de aquella renovadora obra, en la que Tonucci, que gusta autodefinirse como "niñólogo", prefiere dar la palabra directamente a los niños. Veintiséis frases que recogen propuestas y también protestas de los niños se convierten en el argumento de los capítulos del libro, donde el autor responde a las preguntas ¿por qué un niño dice esto? Y ¿qué podríamos hacer si escuchásemos a los niños? Para que los niños deseen expresarse y puedan hacerlo, es necesario que los adultos sepan escucharlos, se pongan de su lado, y estén dispuestos a defender sus posiciones y sus necesidades. En el prólogo, el comisario europeo Romano Prodi alienta a los niños a seguir protestando y a hacer preguntas que contengan sus auténticos deseos, para así ayudar a los adultos a buscar otras salidas. Cuando los niños dicen ¡basta! es un libro dirigido a los profesores, a las madres y a los padres, a los urbanistas, a los políticos? pero también a los niños.



BIENVENIDO JUAN,CARTAS A UN NIÑO QUE VA A NACER 

Cuando una madre y un padre esperan la llegada de un hijo, se les presentan muchos interrogantes. Las diez cartas que componen este libro contribuyen a encontrar respuestas a algunas de las cuestiones más importantes que suelen plantearse; a orientar a los futuros padres, madres y también educadores, aunque lo hacen -ésta es su aportación innovadora-, no situándose «desde fuera» y dando fríos consejos, sino desde el corazón y el sentimiento, a partir de las cartas que una futura madre va escribiendo, mes a mes, al hijo que va a nacer.






CON OJOS DE NIÑO

Con ojos de niño es el título de este libro escrito por Francesco Tonucci. En él, como en varios libros más del mismo autor, Tonucci se expresa a través de viñetas. Los característicos personajes dibujados por Frato (tal el seudónimo del escritor) nos cuentan situaciones concretas de la vida familiar y escolar, haciéndonos sonreír y pensar a la vez.












NIÑO SE NACE

Como los demás libros de esta colección, este libro analiza el mundo de la infancia a través de la ironía y la sátira de signo cáustico de Frato, alter ego del dibujante de Francesco Tonucci.


FRANCESCO TONUCCI

Franceso Tonucci nació en Fano, Italia, en 1941. Se diplomó como profesor en 1958 y, en 1963, se graduó en Pedagogía, en la Universidad Católica de Milan. A los 28 años recibió su primera distinción en ese campo y comenzó a satirizar la realidad de la escuela a través del seudónimo "Frato".El interés de sus investigaciones se centra en el desarrollo cognitivo de los chicos, el pensamiento infantil y su comportamiento y la relación entre la congnición de los niños y la metodología educacional.En 1991 desarrolló en su pueblo natal el proyecto de Ciudad de los Niños, considerado una nueva forma de concebir la ciudad, con los niños como punto de referencia. El proyecto fue más que exitoso, extendiéndose a diversos puntos del mundo.





Entre sus obras, se destacan: "Por una escuela alternativa", "Con ojos de niño", "Niño se nace", "Cómo ser niño", "La Ciudad de los Niños", "¿Enseñar o aprender?" y "Con ojos de maestro", entre otros.






ILUSTRACIONES













domingo, 15 de enero de 2012

Cuentos infantiles

LOS TRES CERDITOS


En el corazón del bosque vivían tres cerditos que eran hermanos. El lobo siempre andaba persiguiéndoles para comérselos. Para escapar del lobo, los cerditos decidieron hacerse una casa. El pequeño la hizo de paja, para acabar antes y poder irse a jugar.  El mediano construyó una casita de madera. Al ver que su hermano pequeño había terminado ya, se dio prisa para irse a jugar con él.El mayor trabajaba en su casa de ladrillo.Ya veréis lo que hace el lobo con vuestras casas- riñó a sus hermanos mientras éstos se lo pasaban en grande.El lobo salió detrás del cerdito pequeño y él corrió hasta su casita de paja, pero el lobo sopló y sopló y la casita de paja derrumbó.El lobo persiguió también al cerdito por el bosque, que corrió a refugiarse en casa de su hermano mediano. Pero el lobo sopló y sopló y la casita de madera derribó. Los dos cerditos salieron pitando de allí.
Casi sin aliento, con el lobo pegado a sus talones, llegaron a la casa del hermano mayor.Los tres se metieron dentro y cerraron bien todas las puertas y ventanas. El lobo se puso a dar vueltas a la casa, buscando algún sitio por el que entrar. Con una escalera larguísima trepó hasta el tejado, para colarse por la chimenea. Pero el cerdito mayor puso al fuego una olla con agua.El lobo comilón descendió por el interior de la chimenea, pero cayó sobre el agua hirviendo y se escaldó. Escapó de allí dando unos terribles aullidos que se oyeron en todo el bosque. Se cuenta que nunca jamás quiso comer cerdito.






EL PATITO FEO

Como cada verano , a la Señora Pata le dio por empollar y todas sus amigas del corral estaban deseosas de ver a sus patitos, que siempre eran los más guapos de todos.
Llegó el día en que los patitos comenzaron a abrir los huevos poco a poco y todos se juntaron ante el nido para verles por primera vez. Uno a uno fueron saliendo hasta seis preciosos patitos , cada uno acompañado por los gritos de alegria de la Señora Pata y de sus amigas. Tan contentas estaban que tardaron un poco en darse cuenta de que un huevo , el más grande de los siete , aún no se había abierto.Todos concentraron su atención en el huevo que permanecía intacto , y también los patitos recién nacidos, esperando ver algún signo de movimiento.Al poco, el huevo comenzó a romperse y de él salió un sonriente patito , más grande que sushermanos , pero ¡oh, sorpresa!, muchísimo más feo y desgarbado que los otros seis…
La Señora Pata se moría de verguenza por haber tenido un patito tan feo y le apartó de ella con el ala mientras prestaba atención a los otros seis. El patito se quedo tristísimo porque se empezó a dar cuenta de que allí no le querían… Pasaron los dias y su aspecto no mejoraba , al contrario , empeoraba , pues crecía muy rápido y era flaco y desgarbado, además de bastante torpe el pobre..
Sus hermanos le jugaban pesadas bromas y se reían constantemente de él llamándole feo y torpe. El patito decidió que debía buscar un lugar donde pudiese encontrar amigos que de verdad le quisieran a pesar de su desastroso aspecto, y una mañana muy temprano, antes de que se levantase el granjero, huyó por un agujero del cercado.
Así llegó a otra granja , donde una anciana le recogió y el patito feo creyó que había encontrado un sitio donde por fin le querrían y cuidarían , pero se equivocó también , porque la vieja era mala y solo quería que el pobre patito le sirviera de primer plato. Y también se fue de aquí corriendo.Llegó el invierno y el patito feo casi se muere de hambre pues tuvo que buscar comida entre el hielo y la nieve y tuvo que huir de cazadores que querían dispararle.
Al fin llegó la primavera y el patito pasó por un estanque donde encontró las aves más bellas que jamás había visto hasta entonces. Eran elegantes, gráciles y se movían con tanta distinción que se sintió totalmente acomplejado porque él era muy torpe. De todas formas, como no tenía nada que perder se acercó a ellas y les preguntó si podía bañarse también.
Los cisnes, pues eran cisnes las aves que el patito vió en el estanque, le respondieron:
- ¡Claro que sí, eres uno de los nuestros!
A lo que el patito respondió:
-¡No os burleis de mí!. Ya sé que soy feo y flaco, pero no deberíais reír por eso…
- Mira tu reflejo en el estanque -le dijeron ellos- y verás como no te mentimos.
El patito se introdujo incrédulo en el agua transparente y lo que vio le dejó maravillado.
¡Durante el largo invierno se había transformado en un precioso cisne!. Aquel patito feo y desgarbado era ahora el cisne más blanco y elegante de todos cuantos había en el estanque.
Asi fue como el patito feo se unió a los suyos y vivió feliz para siempre…




RAPUNZEL

Érase que se era una pareja de enamorados que lo que más deseaba en el mundo era tener un bebé. Un día, por fin, su deseo se cumplió. ¡Estaba embarazada!
Mientras la madre esperaba a que llegara su bebé, miraba por la ventana y suspiraba. Al otro lado de su ventana se veía un hermoso huerto lleno de flores y de frutos sabrosos.
-   ¡Cómo me gustaría poder comer alguna de las ricas manzanas de ese huerto! – suspiraba constantemente la madre.
Pero aquel huerto pertenecía a una hechicera con muy mal carácter y nadie se había atrevido jamás a traspasar los muros de aquel lugar. Pero tal era el deseo de la mujer que comenzó a enfermar. El hombre, preocupado por su estado, decidió cumplir el deseo de su mujer.
Lo hizo de noche y la bruja no se dio cuenta. La mujer comenzó a mejorar al comer aquellas manzanas, pero necesitaba más y más y más. Así que el hombre volvió una vez y otra y otra hasta que una noche la hechicera le descubrió.
-   Así que tú eres el tipo que ha estado robando mis manzanas…
El hombre le explicó que las manzanas eran para su mujer y que sin ellas moriría ella y el bebé que esperaba. Al escuchar aquello, la bruja tuvo una idea. Permitiría al hombre quedarse con las manzanas si a cambio le entregaba a su hija cuando esta naciera. El hombre no tuvo otro remedio que aceptar.
Cuando la niña llegó, la bruja acudió a casa de la pareja y se la llevó. Fueron pasando los años y la niña, a la que llamó Rapunzel, fue creciendo y convirtiéndose en una joven bellísima. Tan bella era, que la bruja, celosa de su belleza, decidió encerrarla en una torre en medio del bosque. Una torre sin escaleras, ni puertas. Tan solo tenía una ventana en lo alto desde la que Rapunzel se asomaba cada vez que la bruja la llamaba:
-   Rapunzel, Rapunzel, lanza tu trenza para que pueda subir. 
La joven soltaba su larga y abundante trenza rubia y la bruja trepaba por ahí.
Un día, un joven apuesto que cabalgaba por el bosque pasó por la torre y escuchó una voz que cantaba. Era la voz más dulce que había oído jamás. Atraído por aquella melodía se acercó al lugar del que procedía aquel sonido. Se trataba de la torre en la que vivía Rapunzel.
-   Pero, ¿cómo entrar en esa torre si no tiene puertas ni escaleras? – se preguntó sorprendido el joven.
En aquel momento llegó la bruja y el chico se escondió.
-   Rapunzel, Rapunzel, lanza tu trenza
Rapunzel dejó caer su larga trenza y la bruja, como hacía siempre, trepó hasta la ventana. Fue así como el joven descubrió cómo subir a la torre. Imitando a la bruja, gritó, cuando estuvo seguro de que andaba ya muy lejos:
-   ¡Rapunzel!, ¡Rapunzel!, ¡lanza tu trenza!
Rapunzel, como siempre, lo hizo, pero al ver aparecer un apuesto joven, en vez de a la bruja cascarrabias, se asustó. Menos mal que el chico era dulce y amable. Le contó que su voz le había cautivado y que quería sacarla de ahí para hacerla su esposa. Rapunzel tuvo dudas al principio. Habían estado juntos un par de horas y habían hablado, se habían reído mucho y lo habían pasado bien. Pero aunque quería salir de aquel lugar y aquel muchacho era muy agradable, no veía por qué tenía que casarse con él.
-   Me encantaría que me sacaras de aquí. Pero no sé si quiero casarme contigo. ¿No podemos simplemente ser amigos?
El joven se quedó un momento pensativo. Aquella joven era bellísima y muy agradable. Aunque no quisiera ser su esposa no podía dejarla ahí encerrada. Así que aceptó ser solo amigos y le prometió que al día siguiente vendría a buscarla con una escalera para sacarla de ahí. Rapunzel se puso tan contenta que comenzó a cantar otra vez.
   Muchas gracias. Tú sí que eres un verdadero amigo.
Sin embargo, para desgracia de los dos, la bruja había olvidado su sombrero en lo alto de la torre y había vuelto para recogerlo. Al encontrarse al joven bajando por la trenza de Rapunzel comprendió de inmediato el engaño.
-   ¡No volveréis a veros! – gritó enfurecida y hechizó al chico, dejándole ciego.
La bruja, además, sacó a Rapunzel de aquella torre, le cortó su larga trenza y la abandonó en un lugar muy muy lejano del bosque donde no vivía nadie y donde nadie podría encontrarla jamás.
El joven, al quedar ciego no fue capaz de salir del bosque, estuvo durante mucho tiempo vagando entre los árboles. Un día, por casualidad, el muchacho llegó al lugar donde vivía Rapunzel. No podía verla, pero escuchaba claramente su bella voz, así que se acercó, convencido de que por fin la había encontrado. Cuando Rapunzel vio al joven se puso muy contenta.
-   ¡Has cumplido tu promesa! Realmente eres un buen amigo.
Pero en seguida se dio cuenta de que el joven estaba ciego. Por su culpa aquel muchacho se había cruzado con la bruja y esta le había condenado a no ver nunca más. Rapunzel se puso muy triste y abrazó al joven con cariño.
-   Lo siento, lo siento mucho, amigo – le dijo con lágrimas en los ojos.
Por suerte, aquellas lágrimas cayeron sobre los ojos del muchacho y al momento la luz y los colores volvieron a él. ¡Podía ver!
Juntos atravesaron el bosque y regresaron a la ciudad de la que venía el joven. No llegaron a casarse nunca, pero fueron amigos, muy buenos amigos, para siempre.


VALENTÍN,EL HIPOPÓTAMO SALTARÍN
Valentín llegó al zoo una tarde en que llovía mucho. No venía de África, como los otros hipopótamos del zoológico, sino del Gran Circo Mundial “La Ballena”, que había tenido que cerrar por problemas económicos. Su desaparición había provocado que todos los animales del circo tuvieran que buscarse otro lugar donde vivir.
A Valentín le habían mandado a un zoo pequeñito que había en una ciudad del norte. El lugar parecía agradable, pero…¡era tan diferente al circo! Lo único que se podía hacer todo el día era dormir, comer, rebozarse en el barro y sonreír a los visitantes que le hacían fotos constantemente.
- ¿Es que aquí no se hace nada más? – preguntaba frunciendo el ceño, el hipopótamo Valentín.
- ¿Te parece poco? – contestaba siempre uno de los perezosos de la jaula de al lado- sonreír todo el día a los turistas me parece agotador ¡con lo bien que se está durmiendo!
Pero a Valentín, que venía de una legendaria familia de hipopótamos artistas y bailarines de circo, eso de estar todo el día tirado a la bartola le aburría una barbaridad…
- ¡Si al menos tuviera música con la que bailar! – se lamentaba constantemente, mientras sus pies se movían al son de una melodía imaginaría que solo escuchaba él.
Los animales con los que convivía observaban con curiosidad a aquel hipopótamo extraordinario que suspiraba cada día y aprovechaba los momentos en los que no había visitantes, para bailar un tango, una samba o un cha-cha-chá. Por eso todos le llamaban el hipopótamo bailarín.
- Los bailes latinos son divertidos- explicaba a sus amigos- aunque a mí, de siempre, lo que más me gusta es la danza clásica con sus tutús vaporosos y sus zapatillas puntiagudas…
Tanto se lamentaba, y tan triste se le veía, que los animales del zoológico decidieron un día hacerle un regalo. Se juntaron todos sin que Valentín, el hipopótamo bailarín, se enterara y urdieron un plan para sorprender a su amigo.
Necesitamos una banda, eso es fundamental – comentó la leona.
Nosotros podemos hacer música con nuestras trompas – se ofrecieron los elefantes.
Y nosotras con nuestros picos – exclamaron las grullas y los flamencos.
Quizá nosotros podamos tocar el tambor – se ofrecieron los osos.
Uno a uno, todos los animales fueron organizándose para formar aquella orquesta maravillosa. Ensayaban a la menor ocasión, aunque lo más difícil era mantener alejado a Valentín. De esa delicada misión se encargaron los chimpancés, que estaban todo el rato tratando de entretener al hipopótamo.
¡Qué pesados están los monos, últimamente! – se quejaba Valentín – se pasan el día detrás de mí.
Y cuando le escuchaban quejarse, todos los animales se reían para sí, pensando en la sorpresa que se llevaría Valentín cuando viera aquella orquesta maravillosa y pudiera bailar con ellos.
Por fin, después de varias semanas de ensayos, llegó el día elegido. Se trataba del aniversario de la llegada de Valentín al zoo. Había pasado un año entero. Doce meses sin funciones, sin coreografías, sin aplausos, sin trajes de baile, ni tutús elegantes.
¡El tutú! Se nos había olvidado por completo – exclamó contrariado el rinoceronte.- No podemos hacerle bailar sin su tutú.
- ¿Pero dónde encontraremos uno? – se preguntaron todos.
- No os preocupéis – exclamó uno de los chimpancés – ¡Yo conseguiré uno! Dadme unas horas.
Y el chimpancé desapareció entre los árboles. Fue colgándose de una rama a otra hasta que salió a la ciudad. Anduvo de árbol en árbol hasta que por fin llegó a una tienda de disfraces. De cómo consiguió hacerse con un disfraz de bailarina tamaño XL poco más se sabe, pues nunca quiso desvelar lo que había ocurrido. Lo único que supieron todos los animales es que apenas un par horas después de haberse marchado, el chimpancé estaba de vuelta con un enorme tutú rosa y con sus zapatillas a juego.
Ya lo tenemos todo –anunció el tigre de Bengala, que era el director de la orquesta. – ¡Que empiece la función!
Cuando Valentín escuchó aquella música estrafalaria no pudo evitar acercarse a ver que pasaba. ¡Vaya sorpresa se llevó al ver a todos sus amigos tocando la Sinfonía nº5 de Beethoven! Pero el hipopótamo se quedó aún más sorprendido cuando uno de los chimpancés le entregó un paquete envuelto en papel amarillo: ¡era un tutú!
Valentín, el hipopótamo bailarín, se probó aquel tutú y bailó y bailó para todos sus amigos.
Los animales del zoo lo pasaron tan bien, que desde entonces, cada primer lunes del mes organizan un gran concierto donde todos están invitados. También tú…aunque… ¿te atreves a danzar con el hipopótamo bailarín…?